Y las cosas siempre fueron asi

5.3.09

Era temprano y la mañana era ofrecida a nosotros, los árboles sagrados y blandos eran mecidos por la brisa lenta, muy lenta. Tu venías casual y yo con tu imagen plagada en mis ojos, linda por completo. Tratabas de hablar, el lenguaje no estaba a tus pies ese día y yo con ganas de tu voz, pero el silencio con tus besos también fue hermoso. Y te mire, despacio y profundamente, y no dejaba de mirarte, tu correspondías con tus ojos brillantes , apagándose y prendiéndose, como estrellas tras un manto, y se abrían de nuevo con tus parpados doblados y la blancura que te rodea. Nos recostamos sobre mi cama y debajo quedaron las sabanas que ya nos conocian. Tu sabias a dulce, tu piel blanca era manchada por trozos de chocolate que caían de la fresa y la uva, y el acido del jugo en tu boca era un rió de dulzura. Jugamos, la ternura era lo más esperado y también lo más constante, recuerdo aun tu sonrisa, aun la pruebo con el viento, tus dientes de viento transparente y templado, deslizándose al correrse tus labios como cortinas floreciendo el sol. Y ahí estabas tú, ahí estábamos nosotros, con carisias que se hundían debajo de nuestros pechos y contemplaban táctiles el corazón, el alma es el tacto mas preciado, tu alma suave, que se contempla como mil estrellas, llenas de oro, y mi mano tocando los pastos infinitos que se estiraban en una eternidad, donde siempre seguirá mi mano y mi sangre. Y de pronto paramos, el aliento estaba húmedo y cerca de mi cara, refrescando la templanza de mi rostro, tu me dijiste:
-¿Sabes que me pregunto?
Yo respondí que varias cosas y empecé a decirte las que yo pensaba, cercanas eran, pero no era la exacta, te pedí ayuda y como siempre me diste tu mano y volviste tus palabras a mí:
-¿Cómo te encontré?
Y yo empecé a hablar, no creía en el destino y llegas tu a desmentirme, te dije pues, eres un destino que viene a juntarse con el mío, también te dije (pues lo sentía de lleno) que era algo mas que cariño, pensé y lo hable también, que talvez seria muy pronto para ti sentirlo, que se que te costaba trabajo estas cosas pero por dentro deseaba y moría por que me respondieras que al mismo tiempo lo sentías ya, y seguía diciéndote, se que pueda ser muy pronto, tu me callaste de pronto, abriste tus labios y salio lo mas ansiado:
-Sabes desde hace cuanto quería decir que te amo?
Y no sabes como los sueños se acercaron a mi alma, y fue un momento, el mas cercano a la poesía, y fue un momento de esos que a la muerte superan, un momento que nunca termina. Las hojas quebrándose y maullando debajo de nosotros, con nuestro nuevo cielo, un cielo debajo de nuestro cielo, con las nubes a la dicha de tus palabras, con unas nubes inmensas de mundos de espuma, nubes hermosas, que con un vals se acurrucaban a tu cara. Estabas hermosa, siempre estas hermosa pero hoy vestida con esas palabras y ese sentimiento brillabas tanto que me cegabas, decidí cerrar los ojos y abrir el alma:
-Yo también te amo desde hace tiempo.
El temor, el miedo había hecho que no lo expresara antes, no con palabras, pero tu llegas con alas de luna y plata y revuelas las sombras de mi noche y te acuestas con tu canto de grillos y tu paz de silencios apenas distorsionados por tu melodía de ángel. Llegaste tan veloz y tan calmada, que te hiciste mi diosa de sosiego y sueño. Y dijiste te amo, y esas palabras me despertaron totalmente, el mundo hermoso resplandecía mas que nunca y tu te veías hermosa. Lo siguiente fue más que calma, nos completaron los susurros y dormimos un tiempo, un tiempo perfecto con los cuerpos más juntos que antes y las almas ya una sola. El calor de tu pecho me adormecía y me concilie con la gloria. Y te amo. En ese momento pensé, que no hay nada más perfecto que eso y me equivoque pues despertaste y fue aun más bello. Y nos perdimos no se cuantas horas y nos unimos no se cuantas vidas. Los árboles seguían meciéndose ahora con mayor simpatía y el cielo estaba hermoso con su sol ceniciento y un brillo especial y tú resonando y expulsando como mil luceros.
Te amo.

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