Tal vez infinito.

25.4.10


Tantos años encadenado a la inmortalidad, en un mundo en el que ya no soy bienvenido, vagando en las tinieblas y alimentándome de la vida de otros…
¿Cómo puede ser tan fuerte este sentimiento?
Un amor que se reveló a la muerte, sobreviviendo a la agonía y luchando por encontrarte una vez más.
¿Cómo puedo amarte tanto y conocerte tan poco?
De ti no me queda más que tu nombre, un recuerdo que con los siglos se hace cada vez más lejano, y un vago recuerdo de tu sonrisa. No entiendo que hay en ti, que me obliga a cruzar las fronteras de la oscuridad y caminar entre dos mundos… solo por verte otra vez, con tu belleza plasmada en una nueva generación.
Me enamoré de tu esencia, tal vez eso explica porqué no puedo olvidarte; un rostro hermoso se pierde con los años, pero la vitalidad de tú alma libre aún persiste en el recuerdo.
Llevo cientos de años buscándote a ti en alguien más, este mundo no es lo suficientemente grande para esconderte de mí, mi amor sigue guiándome como la primera vez que me cautivaste; te encontraré, solo espera un poco más.
Lo he perdido todo por tenerte una vez más, ya no tengo un hogar al cual regresar, no sé de donde vengo y tampoco sé a donde voy, solo soy completamente conciente de qué estoy buscando. Le entregué mi cuerpo a la muerte, y mi alma fue el sello requerido en un pacto con la otra vida… ahora solo me quedas tú.
Y seguiré buscando, toda la eternidad si es necesario, solo por volver a sentirme vivo una vez más. Quiero ver brillar otra vez tus vivaces ojos, ya no importa si esta vez son azules, y leer en ellos todas tus emociones; oír tu voz y dejarme arrullar por ella. Sentir el contacto de tu piel blanquecina y suave, dejar que el aroma de tus cabellos me haga olvidar mi agonía.
Quiero tenerte de nuevo, sentir que eres mía y oírlo de tus labios, saber que el tiempo no ha afectado en nada a nuestros sentimientos; que nuestro amor es inmortal.
Pero lo que más he anhelado en los últimos centenares de años vividos, es tan simple que llega a parecer insignificante… algo que en vida no supe apreciar. Quiero decir tu nombre una vez más, sin importar que el transcurso del tiempo lo haya alterado… seguirá siendo el mismo para mi. Oírte llamarme, con dulzura, con necesidad o pasión, oírlo de tus labios será la mayor recompensa por mi búsqueda; de ninguna otra mujer sonará igual.
Porque ninguna otra dama tiene el pasado que tú compartes conmigo, ninguna otra mujer en este infame mundo es capaz de enamorarme con una mirada o una sonrisa, solo tú has conseguido ganarte mi corazón y por ello te he seguido.
No dejaré que la muerte sea un impedimento, aunque tenga que pagar un alto precio por ello, te encontraré; cada vez que tú alma renazca en algún cuerpo, ahí estaré para darte la bienvenida… para compartir contigo una vida más.
Será una eternidad de búsquedas y reencuentros, lo sé y lo he aceptado. Tendré que mantener viva mi esencia, aunque la agonía de la soledad me consuma, para poder enamorarte una y otra vez, como si fuese la primera.
Quizás en los siguientes siglos sea más arduo… pero nada me detendrá, porque mi anhelo por verte mantendrá viva mi esperanza.

Porque,
nuestro amor es inmortal