¿Alguna vez te has enamorado de alguien que no te correspondió?
¿Pero eso no te impidió dejarla de amar y ser capaz de entenderla, o bien, de perdonarla?
hocico...
Me tumbé a tu lado. Olías a fresa y cigarro.
Tomaste mi mano y pasaste mis dedos por tu boca.
Hablabas sobre un corazón acelerado y el mío lo estaba.
Detrás del vidrio de mis retinas, estabas tú y tu peinado despeinado.
Tanto que decir y no articulabas palabras inteligibles a mi corazón.
Esta duro como roca. El corazón te llama y tú acaricias mi pelo.
Demasiadas trabas. Oigo y oigo voces en mi cabeza.
Los comandos de lo que intento preguntar.
¿Realmente palpita un corazón dentro de tu cuerpo?
Si, yo lo oí latir. Guardé silencio y lo único que hice fue abrir mi mano contra tu pecho.
Vibraba dulcemente bajo mi palma.
¡Ahí estaba! El melódico murmullo que daba vida a tu alma.
-Ansiaba tanto abrazarte -Y dentro de mí ruego que nunca termine.
Lo que tanto tiempo sólo pude hacerme una vaga idea.
Tu olor, tu sabor, la temperatura de tus manos, la fuerza de tus brazos, la profundidad de tus suspiros, el tono exacto de tus ojos, la textura de tu pelo, y por supuesto, ese latido que tanto había querido escuchar.
-Si, si, yo también.
Y los besos se me escurrían por los ojos.
-¿Por qué eres tan fría conmigo?
-No fría. Más bien reservada.
-Ah, ¿eres indiferente?
-No, yo no soy así. Y menos a ti.
Deseaba que no sólo dijeras eso, sino que me apuñalaras cruelmente para destruir al fin, esto que había comenzado el día que puse mis ojos en ti.
Ahora sólo me resta esconderme.
Cosa que hago muy bien.
-Me gusta estar solo.
-Si a mi también
-Aunque era hermoso cuando estaba contigo...
140309.1258.
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